Crónicas del Pueblerino I: Wargames desde tierras imposibles

En algún momento, a mediados de los 90s, en un pequeño pueblito perdido en el norte argentino, cae en mis manos un folleto publicitario de Games Workshop. Principalmente traía imágenes y descripciones de un juego de estrategia de mesa llamado Warhammer y luego algunas referencias de otros productos: Warhammer 40000, Blood Bowl y Nekromunda; todos juegos con curiosas y vistosas miniaturas de furiosos guerreros, dragones, orcos, goblins, esqueletos vivientes, etc. Todo esto fue una inyección de locura para mi y sobre el final del folleto, encontré que decía donde podía escribir para recibir mas información y/o comprar: un lugar que no recuerdo bien de España. Y aquí se debe entender que -para mi- en ese momento era complicado solicitar algo incluso de Buenos Aires (capital argentina). Fue así que había momentos en los que me sentaba a mirar y simplemente soñar con estas miniaturas, las imágenes de grandes escenarios de batallas fantásticas con niños y adultos jugando.

Resulta que un buen día por el 1999, un amigo -con el cuál compartíamos varios gustos frikis- ve en una de las dos revisterías del pueblo, el Nº1 de una colección que se llamaba Wargames - Tercios Espaciales. Esta publicación constaba de 2 a 3 minis por entrega, algunas hojas del libro de reglamentos y unos fascículos que tenían información sobre el universo del juego y guías de pintura. La primer entrega también traía pinturas y un set de dados de distintos tipos, recuerdo principalmente el dado de 10 caras (D10) porque nosotros a esa altura solo conocíamos los dados de 6 (D6) y acá en el reglamento nos enseñaba incluso a usar los sistemas porcentuales combinando dos D10.

 

Ilustraciones de algunas portadas de los fascículos semanales, realizadas por Rodrigo Tendero (Rod Tender)

A nosotros nos pareció súper desafiante tener que jugar a algo que implicaba tener que sacar cálculos y tener en cuenta probabilidades y estadísticas, combinadas con tiradas de azar para poder jugar. Eramos dos chicos ya creciditos para seguir jugando a los soldaditos y descubrimos que con esto la magia del "juguete" podría perdurar para siempre por estas componentes intelectuales que exigía ¡Y estuvimos en lo correcto!

Un día, este amigo dejó de comprar la colección porque se le hacía muy cara semanalmente y, encima, pierde sus dados. Pasadas unas semanas, yo logro convencerlo de que me venda/cambie las minis por la copia de unos videojuegos (y no recuerdo bien pero creo le puse algo de dinero encima), resultando al final que me de tanto las minis como los fascículos correspondientes. Aparte de eso, me había comprado una entrega bastante adelantada, logrando obtener algo adicional del reglamento y 3 minis adicionales (unos orcos que a mi me resultaron súper).

Ahora teníamos algunos elementos para hacer un poco de wargaming con mi hermano, y mirando un poco las guías que tenían los fascículos y un poco de nuestra imaginación, armamos unos escenarios con reciclables: pasto sintético que le pedí a mi tío de una cancha de fútbol 5, rocas traídas de una playa y algunas construcciones fabricadas con cartón, envases de telgopor y máquinas de afeitar en desuso (con estas últimas fabricamos -con mucho cuidado- unas antenas de comunicación). 

El gran problema fue cuando tuvimos que adaptar el sistema de juego a los únicos dados que teníamos a disposición, que eran D6. Esta parte me resulta muy llamativa, porque yo con unos 13 años y mi hermano con 9, fabricamos una adaptación muy buena utilizando un sistema con 2D6 (tiradas de dos dados de 6), incluso hicimos un sistema para el caso de las tiradas muy bajas porque necesitábamos forzar el resultado de "1" siendo que número mas bajo podía ser "2". El sistema la verdad que funcionó muy bien y nos dio muchísimas horas de juego, en un lugar donde ese tipo de hobby era prácticamente inexistente. Incluso se me dio por probar el otro día que tan bueno era el sistema de tiradas y resulta que es mejor que el D10 por respetar un sistema de distribución normal o gaussiano, que representa mejor hechos influenciados por el vínculo de azar y habilidades: los bonificadores por habilidades tienen mas sentido de esta manera. Debo decir que también editamos el sistema de tiradas de probabilidades adaptando a tiradas con D6, pero eso lo hablaré en otro momento.


Hice una simulación de 1000 tiradas de 2D6 con Excel

 

Dejo como pendiente a publicar, en algún momento, el reglamento hogareño de tiradas que habíamos inventado con mi hermano.

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